En nuestro viaje a Japón de 2019, nos alojamos una noche en el monasterio budista Eko-in, uno de los alojamientos más conocidos de Koyasan, a unas 2 horas y media de Osaka.
Fechas de la estancia: del 17 de mayo 2019 al 18 de mayo 2019.
En nuestra visita a Japón de este año, una actividad que no nos queríamos perder era el alojarnos en un monasterio budista aún en activo, lo que los japoneses denominan «Shukubo».
Índice de contenidos
¿Qué es un Shukubo?
Básicamente un Shukubo es un monasterio budista, que en origen proporcionaba alojamiento a los peregrinos que iban por la zona, y ahora es una opción de alojamiento más, muy típica en lugares históricos de peregrinación como Koyasán.
En cuestión de servicios y prestaciones, son muy similares a los riokanes (alojamiento tradicional japonés): el baño suele ser tipo «onsen» y compartido, se duerme en futones sobre suelos de tatami y las paredes están formadas por paneles de papel. Normalmente junto con el alojamiento se incluyen la cena y el desayuno, ambos compuestos por comida tradicional japonesa de la zona.
Llegada al Monasterio Eko-in
Tras mirar y remirar todos los monasterios de Koyasán, nos decidimos por alojarnos en el Eko-in por sus buenas críticas, a pesar de ser el más caro de Koyasán.
Sólo nos alojamos en él durante una noche, porque consideramos que en un día podíamos visitar lo más interesante de Koyasán sin problemas. Eso sí, si quieres realizar la visita más tranquilamente, o hacer alguna de las rutas de senderismo de la zona, es aconsejable prolongar la estancia.
Una vez que bajamos del funicular en Koyasan, no está permitido ir caminando hasta el pueblo, hay que coger un autobús. Según sales de la estación del funicular hay trabajadores que te informarán de cual es el autobús que tienes que coger según el alojamiento que tengas contratado.
La parada del autobús está justo al lado del monasterio, no tiene pérdida. Una vez que llegas allí, un monje te recibirá y te enseñará las instalaciones, tu habitación y te contará todo lo que necesitas saber sobre el monasterio.
Habitación
La mayoría de las habitaciones del Eko-in tienen baños compartidos (tanto el WC como las duchas), pero también tienen algunas habitaciones con baño privado, bastante más caras, eso sí.
Como solo nos íbamos a quedar una noche, decidimos reservar la habitación más sencilla.
Nos tocó una habitación en la segunda planta, justo al lado del baño compartido de esa planta, así que no fue mucho problema el no tener baño en la habitación.
Nos llamó mucho la atención el hecho de que la habitación no tenía cerradura y cuando te vas se queda abierta, solo se puede cerrar por el interior. Eso sí, hay caja fuerte en el interior del armario para guardar el dinero y las cosas de valor.
Aparte de esto, como ves en la foto, hay una mesita en el centro de la habitación donde te servirán tanto el desayuno como la cena y dos cojines para sentarse. También hay una tele de pantalla plana y otra pequeña mesita donde está el teléfono y una tetera. La habitación la completa el armario, bastante amplio.
Una vez que cenas, vienen a la habitación, recogen las cosas de la cena y preparan los futones para dormir.
Instalaciones comunes
Junto al área de recepción, hay un pequeño cuarto con ordenador e impresora que se pueden usar de forma gratuita. Nosotros imprimimos allí las tarjetas de embarque para volver a España por ejemplo. En este cuartito tienen también un sillón de masajes que funciona con monedas.
El monasterio tiene un bonito jardín, y a lo largo del interior del mismo hay varias zonas de asientos junto a las cristaleras para sentarse tranquilamente a disfrutas de las vistas y de la tranquilidad de la zona.
Los baños tipo onsen comunes separados por sexos se encuentran en la planta baja.
Programa de actividades
En la habitación hay una carpetita con información del monasterio, y en ella hay una hoja con los horarios de las actividades, que son los siguientes:
Horarios del Eko-in.
- 16:30 a 17:00: meditación.
- 17:30: cena, de tipo vegetariana.
- 6:30: misa budista.
- 7:00: ceremonia del fuego.
- 7:30: desayuno (en invierno se sirve a las 8:00).
El check-out se puede hacer hasta las 10:00. Después de esa hora hay que dejar libres las habitaciones pero se pueden dejar las maletas en la recepción para seguir visitando la zona.
Nosotros a la meditación no fuimos, preferimos dedicar el rato de la mañana que nos quedaba y la tarde hasta la hora de la cena, a visitar los distintos templos de la zona.
Los baños comunes tipo onsen están abiertos de 16:00 a 22:00 y de 6:00 a 9:00.
Además, si quieres realizar la visita guiada al cementerio Okunoin con los monjes del Eko-in, tendrás que estar en la puerta del monasterio a las 19:00.
Ten en cuenta que vendrán a recoger los futones entre las 6:30 y las 7:30 de la mañana, así que aunque no quieras ir a la misa budista te va a tocar madrugar lo mismo. Ya que te tienes que levantar, y hasta las 7:30 no te sirven el desayuno, te recomiendo que vayas tanto a la misa como a la ceremonia del fuego.
Cena.
La cena la sirven en la mesita del centro de la habitación. Una vez servida, el monje encargado explica un poco la composición de los distintos platos, aunque el inglés del que nos la sirvió a nosotros era muy básico, así que no nos enteramos de lo que eran la mitad de las cosas. Lo que sí nos dijo, es que aparte de ser vegetarianos, no consumen ni cebolla ni ajo por motivos religiosos.
En la reserva de la habitación se podía escoger entre cena de tamaño normal, mediano o grande. Nosotros escogimos la mediana y desde luego si eres de mucho comer, te vas a quedar con hambre aunque te lo comas todo, porque son muchos platos pero al ser vegetarianos muchos de ellos son gelatinas, tofu de varios tipos etc. y ¡eso no llena nada!.
Visita al Cementerio Okunoin.
La visita guiada dura aproximadamente una hora. En ella, un monje del Ekoin te enseña las tumbas más representativas y te cuenta diversas anécdotas sobre ellas, hasta terminar en el Templo Okunoin, lo más espectacular de la visita, ya que por la noche se iluminan sus faroles y es muy bonito.
Para regresar al Ekoin, puedes hacerlo caminando (se tarda sobre media hora) o bien coger el autobús si lo especificaste al hacer la reserva del tour. Nosotros volvimos caminando para ver más tranquilamente el Templo Okunoin y el cementerio. Eso sí, el cementerio casi no está iluminado, así que no esperes sacar muy buenas fotos. Al templo no se le pueden sacar fotos y hay bastantes monjes vigilando.
Si no te interesan especialmente las anécdotas también puedes visitar el cementerio por tu cuenta.
Misa budista.
Merece la pena pegarse el madrugón para ver la misa budista y la ceremonia del fuego, es una experiencia inolvidable.
Eso sí, acudid con tiempo, porque nosotros llegamos 5 minutos tarde y ya casi no teníamos sitio para ponernos y tenía pinta de que la gente había acudido un rato antes para coger un buen sitio.
Las fotos están permitidas, pero indican que no se pueden hacer con cámaras que se oiga el «click» del obturador para no perturbar la ceremonia, así que supuestamente no se pueden hacer fotos con réflex. Yo tengo una EVIL a la que se le puede quitar el sonido del «click» en el menú de opciones, así que no tuve problema para utilizarla. No se puede sacar fotos después de la ceremonia apuntando hacia el altar del templo, si te ven te llamarán la atención.
Ir a la misa es además la única manera de ver el templo del monasterio, y merece la pena verlo, es muy bonito.
Ceremonia del fuego.
Una vez que termina la misa budista, hay que apresurarse a ir al lugar donde se realiza la ceremonia del fuego, que es un pequeño templo justo al lado del Eko-in, saliendo del recinto del monasterio a la derecha. No tiene pérdida porque todo el mundo va en la misma dirección.
La ceremonia es muy espectacular y merece la pena verla, no te cuento nada para no fastidiarte la sorpresa.
Al igual que en la misa, se pueden sacar fotos siempre y cuando no se oiga el «click» de la cámara.
Desayuno.
El desayuno, obviamente también vegetariano, para mí gusto es aún más triste que la cena. Tener que ponerse a comer, después del madrugón, algas, ensalada de lechuga, tofu y demás, a mí me resulta deprimente. Pero bueno, ¡me lo comí todo para coger fuerzas para hacer las visitas del día!.
Cuando llegamos a la habitación después de la ceremonia del fuego, ya teníamos montado el desayuno en la mesita, así que nos quedamos sin la explicación de qué era cada cosa.
Básicamente consistía en una ensalada de lechuga, sopa de miso, algas, piña, una especie de melocotón deshidratado y eso que parece una galleta de chocolate, en realidad es una ¡galleta de algas!.
Conclusiones.
Es un alojamiento muy recomendable, sobretodo por la experiencia de estar en un auténtico monasterio y ver la misa y la ceremonia del fuego. Si te lo puedes permitir no lo dudes y resérvalo. Puedes reservarlo por ejemplo aquí: reservar Eko-in.
Eso sí, para el precio que cuesta el alojamiento, para mí la comida tanto de la cena como del desayuno es muy floja, está bien por ver distintos tipos de comida y demás, pero por lo que comentamos con otras personas que se alojaban allí casi todo el mundo se quedó con hambre y a la mayoría no nos gustaron los platos en exceso.